Escrito por Catalina Hoffmann, experta en entrenamiento cerebral y creadora del método Hoffmann y del método neurofitness

Uno de los mayores retos de las empresas y la sociedad de hoy es dejar de construir jefes y empezar a construir líderes. El cuidado y entrenamiento cerebral juega, en esto, una labor mucho más importante de lo que pueda parecer.

La base para un buen liderazgo: un cerebro entrenado

Un buen líder debe ser, ante todo, un ejemplo. Para ello es necesario tener conocimientos y habilidades cognitivas, pero también saber identificar y gestionar las emociones y tener un gran autoconocimiento. Eso es, en esencia, lo que distingue a un
buen líder y, al mismo tiempo, es la consecuencia inevitable de un correcto entrenamiento cerebral.

Los conocimientos con los que se parte de base no son suficientes para construir un buen líder. Quien ejerza un auténtico liderazgo debe tener la capacidad de seguir aprendiendo y por eso es imprescindible que entrene su cerebro para habituarlo a salir de la zona de confort. Eso es algo que hacemos con más facilidad en nuestros primeros años. De hecho, hasta los 30 el cerebro está “programado” para aprender. El problema es que, pasada esa edad, pasa a tener la tendencia natural de tratar de vivir el día a día con lo ya aprendido. El entrenamiento cerebral combate esa tendencia y hace que el cerebro se habitúe a estar en constante aprendizaje.

El entrenamiento cerebral también hace posible que se apliquen de forma más eficaz los conocimientos adquiridos. Habilidades cognitivas como la creatividad, la memoria, la concentración o el razonamiento son fundamentales para convertir los conocimientos adquiridos en aptitudes útiles.

La importancia de las emociones

Otro de los elementos que diferencian, y mucho, a un jefe de un líder es la gestión emocional. Las emociones son muy poderosas y es imprescindible aprender a identificarlas, dominarlas y utilizarlas en favor de uno. Si no se hace así, las emociones pasan a dominar el comportamiento y hacen que se tomen decisiones motivadas por la euforia, el enfado o la tristeza. Eso es algo que muchos de mis alumnos reconocen haber experimentado en alguna ocasión. Y pocas veces salió bien.

Por eso el Neurofitness es tan beneficioso para realizar un liderazgo bueno e inteligente. Porque es una disciplina que también trabaja todo lo relativo a la inteligencia emocional. Ayuda a identificar las emociones, entender su causa y su efecto en el cerebro y proporciona herramientas para gestionarlas de forma eficaz y desligarse de aquellas que son negativas y lastran el crecimiento y la confianza.

Este trabajo a nivel emocional es muy importante para la relación que el propio líder tiene consigo mismo y con su proyecto, pero también es fundamental a la hora de establecer relaciones con y entre los miembros del equipo. Comprender el comportamiento humano y saber guiar al equipo hacia una gestión emocional más inteligente y ordenada es clave para tareas propias de un líder, como la organización del trabajo en equipo, la motivación o la gestión de crisis y conflictos.

Sin autoconocimiento no hay liderazgo

Todo ese trabajo realizado para conocer el cerebro y conocer las emociones lleva consigo una práctica tan necesaria como olvidada: el autoconocimiento. Si algo es imprescindible para construir un buen líder es el hecho de que esa persona trabaje en sí misma y se conozca bien. El autoconocimiento, practicado desde la más absoluta sinceridad con unos mismo, permite identificar los puntos débiles y fuertes de cada persona para, así, trabajar en fortalecer los primeros y en exprimir al máximo los segundos. Además, el autoconocimiento y el trabajo en la mejora interna que implican el entrenamiento cerebral, dan como resultado una mayor realización personal eso ocasiona, casi de forma inevitable, una mejor relación con el entorno y con el equipo.

Todos estos beneficios los he podido observar, a lo largo de los años, en las personas que se han introducido en el mundo del Neurofitness y que han pasado a ser auténticos líderes de sí mismos, que es el paso indispensable para ser líderes de otros.

 

Escrito por Catalina Hoffmann

Experta en entrenamiento cerebral, creadora del método Hoffmann y del método neurofitness