Entrevistamos a Fabián León, Creador de contenido gastronómico y emprendedor en foodtech.
¿Qué trayectoria profesional tuviste antes de decidirte por el impacto social a través de la empresa?
Yo empecé a los 18 años, justo después de salir de Masterchef y desde entonces yo me he dedicado a temas relacionados con gastronomía desde un punto de vista más empresarial. Comenzando por una startup que ya tenía que ver con el impacto social. Nosotros montamos el equivalente español a hellofresh en 2014 y estuve en ese proyecto hasta 2017, que fue cuando monte un catering en madrid que la verdad es que fue muy muy bien y era un catering especializado en cocina y gastronomía responsable por un lado, y por otro lado, ofrecíamos practicamente de todo desde 10 personas hasta 2500 personas en Ifema. Paralelamente a eso, yo a lo que me dedico es a crear contenido, soy creador de contenido en redes sociales y una parte muy importante del contenido se basa en el activismo contra el desperdicio alimentario y la sostenibilidad desde el punto de vista de la alimentación. Al final yo creo que tenemos un papel muy responsable en la forma en la que definimos cómo nos alimentamos. Muchas de las formas en las que decidimos cómo comprar nuestros alimentos, son decisiones que afectan a nuestro entorno.
¿Qué fue lo que te impulsó a cambiar de rumbo?
Realmente nunca hubo un click en el que a partir de ahí dijese ahora si quiero cambiar esto, yo desde que empecé en el mundo de los negocios no lo he concebido de otra manera. Es decir, yo he tenido muy claro desde el principio que el impacto que genera una empresa en su entorno no sólo es económico sino es social y también tiene otras consecuencias, por tanto yo veía que no podía llevar una propuesta económica que no tuviera una responsabilidad social o de impacto desde el principio. Porque al final yo ahora tengo 29 años y tengo mucho futuro por delante pero cuando empecé y tenía 18 ya tenía claro que no iba a ser sostenible si seguíamos así. Porque no tiene ningún sentido que el propósito sea sólo económico incluso para mí como sujeto, como superviviente. Para mi era evidente y lógico porque una empresa tiene muchísima responsabilidad, y este concepto me resonó desde el principio con Ángel y vuestra fundación. Vivimos en un sistema en el que el incentivo económico es protagonista, y me parece que eso tiene que cambiar.
¿Cuáles han sido los principales retos o desafíos que has encontrado por el camino?
Sin duda el mayor desafío ha sido enseñar al consumidor a desaprender y volver a aprender, siendo conscientes del impacto que generamos. Muchas veces pensamos que es un problema del empresario, que es un problema del ecosistema o de los incentivos. Pero en mi caso concreto ha sido de educación al cliente. Sobre todo explicarles el propósito y por qué hacemos las cosas que hacemos y cómo las hacemos. En el caso por ejemplo del catering, yo recuerdo perfectamente que nosotros queríamos hacer caterings en los que se tuviera en cuenta el impacto y era complicado porque los propios clientes no lo querían pagar y no lo veían como un incentivo suficiente. Dar valor a lo que realmente tiene valor. Es decir, a veces trabajamos hasta por el último euro y muchas veces no pensamos que es mejor ser sostenibles en el tiempo. Estamos hablando de 2015 o 2016 donde la gente aún no estaba tan concienciada como ahora y nosotros ya hablábamos de pagar al productor lo que realmente merece más allá de reciclar el plástico.
¿Cómo ves el futuro de las empresas de impacto social en la economía global?
Muy positivo, porque por fin existen incentivos para generar una inversión hacia ellos. Creo que estamos en el punto en el que están empezando a dar frutos toda la educación y todo el pico y pala que se ha ido dando con leyes durante los últimos 15 años. Estamos pasando por una fase en la que el greenwashing ya no es algo tolerable y en la que realmente la gente ya exige ese cambio a las empresas. La opinión pública ya no respalda a empresas que no sean honestas y transparentes. También es verdad que yo soy muy optimista, pero sí que creo que va a ver un antes y un después, este año por llevarlo más a mi terreno, es el primer año que se consigue rebajar el desperdicio alimentario en España.
Fabián León, fundador de The Food Media, profesor en IE Business School, escritor y con una trayectoria muy variada para su edad. Ha sido emprendedor desde muy joven, y cofundador de varias empresas. Además, el mundo de las redes sociales le ha permitido ser influencer gastronómico y activista del desperdicio alimentario.